16 dic 2015

¿Los recortes del PP mataron a mi madre?

   La respuesta fácil sería: "No". Mi madre murió hace una semana porque tenía 67 años, arrastraba una discapacidad desde los 44 que generaba cada vez más complicaciones, y en las últimas semanas su salud había empeorado notablemente. Lo que los creyentes expresarían como: "Había llegado su hora".
   Sin embargo, ¿habrían podido hacer algo más los profesionales sanitarios que la atendieron para evitar su muerte? Sinceramente, no veo cómo. ¿Cómo pueden atenderte debidamente en un servicio de Urgencias permanentemente colapsado?, donde los médicos de guardia tienen que decidir si atienden primero a la mujer que está de parto, al chaval con politraumatismo o al abuelo que tan apenas puede respirar. Donde las enfermeras, que hacen turnos interminables, y no son robots, sino personas con sus propios problemas personales, tienen que tratar con enfermos quejumbrosos, médicos estresados y familiares desesperados que vuelcan su ira y su rabia con ellas, por tenerlas más cerca que nadie. ¿Cómo podrían hacer más pruebas de las estrictamente necesarias?, cuando faltan camas, medios, personal. ¿Qué otra opción tienen, sino mandarte a casa?

   Y cuando la cosa fue más grave, y la hospitalizaron, ¿podrían haber hecho algo más? Sigo sin ver cómo. Aunque las primeras pruebas dieran negativo, y pese a que los síntomas perduraban, ¿cómo se le puede estar exigiendo a un médico que tenga que decidir a quién deja morir y a quién no? Porque eso es exactamente lo que pasa. Si faltan camas, pero siguen llegando pacientes, no queda más remedio que buscar la solución menos mala, que suele ser mandar a casa a los abuelos nonagenarios que ya "han vivido suficiente", a los que requieren tratamientos que exceden la capacidad del hospital, y a pacientes que, al igual que mi madre, pese a tener síntomas preocupantes que precisarían observación continua, están relativamente bien ("en apariencia"). Y así al menos pueden ingresar al chaval con la rotura de tibia, a la niña con lesión medular, a la embarazada con complicaciones...

   ¿Y las ambulancias? ¿Habría sucedido todo de otra manera si hubiera habido una Uvi-Móvil disponible mientras mi madre agonizaba en casa, en vez de una ambulancia sencilla sin un triste desfibrilador ni una bombona de oxígeno?
   Mi familia y yo nos quedaremos ya siempre con estas dudas, pero no dejo de preguntarme, en vista de todo lo vivido: ¿cúantas muertes se podrían haber evitado en estos últimos años si no hubiera habido recortes? ¿cuántas familias no habrían quedado destrozadas si no hubiera habido recortes? ¿cuántos profesionales de la sanidad seguirían trabajando para garantizar la sanidad universal en este país si no hubiera habido recortes?

   Cada vez que tengo que ir al médico de cabecera me dan la cita más alejada en el tiempo. Si se trata del especialista ya ni te cuento. Da igual que precises citas mensuales con tu cardiólogo, o tu psiquiatra, o tu endocrino. El sistema está desbordado. No da para más. Le faltan recursos.
   Pero eso sí, soy autónomo, y cada mes me sangran la cuenta corriente para que contribuya a la seguridad social, por mí y por mis empleadas. Es decir, que aquí todos estamos pagando religiosamente, porque en impuestos no ha habido recorte (más bien lo contrario), pero sí en los servicios básicos.

   No voy a apoyar a un partido que se ha dedicado a desmantelar la sanidad, la educación y la hucha de las pensiones, con el agravante de que uno de los ejes de su última campaña electoral fue precisamente la defensa de dichos servicios. Los mismos que, mientras, se enriquecían a costa del dinero público, robaban, cobraban comisiones, permitían la corrupción de sus miembros, le ponían zancadillas al voto en el exilio, cometían fraude electoral llevando a votar a su partido a viejos con demencia, imponían leyes para dificultar las investigaciones a sus crímenes, se llevaban su dinero a paraísos fiscales, favorecían a las sicavs, repartían sobres, miraban para otro lado, creaban otras leyes a medida para censurar las protestas ciudadanas, enturbiaban el clima político intentando manipular la opinión pública, retorcían las encuestas para que dijeran lo contrario de la realidad, y básicamente se nos reían en la cara.

   Los votantes del Partido Popular habéis contribuido a que se dejara morir a quién sabe cuántas personas, permitido a los grandes bancos campar a sus anchas fomentado la cultura del pelotazo, habéis sido artífices de la sumisión a los mercados financieros por encima de las personas, os habéis dejado manipular y engañar por unos simples trileros con corbata, habéis permitido que vuestras vísceras os animaran a votar en contra de vuestros propios intereses, y los de la mayoría de españoles..
   Ojalá que, por alguna causa derivada de la incompetencia de vuestro partido, nunca os toque pasar por lo que mi familia, y tantas otras familias estamos pasando, aunque quizá esa fuera la única manera de que comprendierais de una maldita vez que vuestros votos generan sufrimiento, desigualdad, hambre para hoy y hambruna para mañana, generan un futuro de pobreza y trabajo precario, el exilio de nuestros jóvenes más brillantes, generan corrupción, saqueo del dinero público, privatizaciones que convierten nuestro estado democrático en un estado dirigido por las grandes empresas. Vuestro voto genera sufrimiento. Y eso os convierte a vosotros en complices. Cómplices de la caída en picado del estado del bienestar este país, idiotización de España mediante recortes a la educación y adoctrinamiento desde los medios de comunicación. De la perpetuación de una clase política mentirosa, manipuladora, incompetente, egoísta, traidora y corrupta. Y creo que el motivo real por el que votáis a ese partido es que no estáis preparados para tener políticos serios, honrados, cumplidores, comprometidos, trabajadores, inteligentes, cultos, porque entonces, ¿qué excusa os quedaría? Necesitamos políticos ejemplares que nos ayuden a ser ciudadanos ejemplares, y no marionetas sumisas que mientras son vapuleadas por estos hipócritas, todavía hay alguno que les ríe las gracias.

   Y a los que os quedáis en casa el día de las elecciones por desidia, por vagos, porque repetís como borregos la cantinela de "para qué votar, si son todos iguales" o "a mí es que la política no me interesa", o porque tenéis tantos pajaritos en la cabeza que aún no habéis comprendido que la abstención y los votos nulos son tan dañinos o más que votar a esa panda de delincuentes... tengo una mala noticia que daros: vuestra actitud es igual de nefasta, y sois tan responsables (o más) de este desastre que los que votan a las gaviotas que se nos cagan en la cabeza. Igual de responsábles, que os quede claro. Lo único que os puede redimir es que votéis en lugar de aquellos que no pueden votar. Por los exiliados expulsados del sistema a base de burocracia y trabas administrativas, por los enfermos que estarían fuera del hospital si hubiera recursos suficientes para haberlos tratado antes, pero sobre todo, deberíais votar por mi madre. Por mi madre que no quería ver este país en manos de desalmados. Por mi madre y todas las madres, hijos, padres, abuelos que estarían vivos si el Partido de la Vergüenza no hubiera rescatado a los bancos a costa de las personas.

   Votantes del PP y abstencionistas convencidos: Por mí, y parafraseando a aquel sabio paisano que ya nos dejó, podéis iros todos a la mierda. ¡A LA MIERDA!