1 dic 2006

Los comentaristas deportivos

Quienes me conocen saben que el fútbol NO es una de mis pasiones. Sin embargo, hay una serie de detalles relacionados con el balompié que me hacen bastante gracia. Concretamente quería compartir con vosotros una paranoia que tengo con los comentaristas. Pero pongámonos en situación:
Mundial de fútbol 2006, Alemania. España ha ganado los primeros partidos y el aficionado patrio medio fantasea una vez más con el escurridizo título de Campeones del Mundo. Llegamos al momento clave: La selección española contra Francia, en octavos de final. Y empieza el circo...
Recuerdo haber oído en la radio (la SER, seguramente), los "acertados" comentarios previos al encuentro, a gritos y en un tono anfetamínico, todos del tipo: ¡TENEMOS EQUIPO!¡ESPAÑA ESTÁ MÁS FUERTE QUE NUNCA!¡SE NOTA QUE LOS FRANCESES ESTÁN ASUSTADOS!¡HAN SALIDO AL CAMPO SIN FUERZA, SIN CONVICCIÓN, MIENTRAS QUE LOS NUESTROS VAN A POR TODAS!¡ESTA VEZ EL MUNDIAL ES NUESTRO!¡FRANCIA TIENE MIEDO! etc.

Entiendo que hay que ser positivos, y que hay que contagiarse de optimismo y todo eso, pero es demasiado inverosímil para mí. De hecho, si lo tomáramos al pie de la letra, no nos quedaría más remedio que imaginar a los comentaristas franceses comentando en ese mismo instante, y con voz alicaída: "Oh, la la, nous sommes acojonés", "Nous avons sorti dans le terrain de jeu sans convictions", "Les spagnoles vont pour toutes", etc.
O sea, planteáoslo realmente: ¿En qué piensan los comentaristas españoles cuando dicen ese tipo de cosas? ¿Es todo parte del ritual, o en serio hay alguien que no se da cuenta del absurdo que encierran esas palabras? Es más, cuando se hacen semejantes declaraciones de superioridad, ¿no se está admitiendo en el fondo que estamos tan acojonados que necesitamos reafirmarnos mediante tales ánimos y consignas?

Lo divertido es que, tal y como se desarrolló el partido, las ínfulas de triunfo de los locutores se fueron desinflando hasta convertirse en el típico discurso entre la compasión y la excusa barata ("Esta Selección ha luchado, y MERECÍA ganar", "El arbitraje ha favorecido CLARAMENTE a Francia", "El juego de España ha sido superior pero no hemos sabido convertir las ocasiones de gol", etc). Y lo mejor en estos casos es imaginarse que verdaderamente en el bando contrario los comentarios siguen en plan derrotista pese al triunfo: "España está jugando MUY bien... nuestros 2 goles han sido de puta chorra... La verdad es que si acabamos ganando, habrá sido una injusticia, porque la Selección española va a por todas. Nuestros chicos, pues hombre, no lo hacen del todo mal, pero vamos, que moralmente es España quien va ganando..."

En fin, que nos lo tenemos merecido por vender la piel del oso antes de haberlo cazado, y todo eso. Pero bueno, de todo esto, yo os propongo que a partir de ahora apliquéis este tipo de imaginación cuando oigáis a los políticos metiéndose unos con otros, las declaraciones de los deportistas, la gentuza de los programas de cotilleos, etc. La realidad sería más graciosa si fuese más absurda...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo tampoco soy lo que se dice un aficionado al fútbol. He visto unos cuantos partidos en mi vida obligado e incluso a posta, intentando aficionarme y no hay manera. Supongo que todo vino del vicio de Oliver y Benji (por cierto, ahora ponen en la dos a la hora de comer la segunda parte de la serie y es más nefasta si cabe) y la decepcionante realidad no hay quien la aguante.

Este partido en concreto lo vi (a medias, todo hay que decirlo) acompañado de una inglesa. La situación era cuando menos curiosa porque yo animaba a Francia (para joder a todos los futboleros, gritaba GOOOOOL bien alto para que me oyeran los vecinos) y ella, residente en Francia, quería que ganara España para joder a los franceses que conocía.

Sinceramente, prefiero las peleas de gallos y de perros que además son ilegales y cabrean a los ecologistas.

SALMONICIDA